
CHILE
Surgía como la necesidad de comer pan con crema mientras la abuela contaba sus historias de joven linda. Así, de golpe y con fuerza, imposible de evadir. El caso omiso de la falta de atención. Así es como la tierra se movía.
Él pensaba en el pan y en la abuela, y ¿en quién más? Definiciones que no se podían dar mientras los jarrones se caían. Era como música dramática el coro de grititos entre chicos, padres y perros. Y el gato de él corría con los pelos erizados hasta la punta alta de un mueble viejo.
Se miraban, él y el gato, con ojos de terror sobre la tierra
que seguía moviéndose.
“La cama es angosta, sentí que me caía”, dijo Javier a su abuela cuando ésta logró despertarlo a sacudones, en la mañana de la primer noche que él se quedaba a dormir con ella.
“Te caías, Javier. Pero ya estamos todos bien.”, contestó.
Ce Edwinski
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