lunes, 15 de noviembre de 2010

Elicura Chihuailaf y Héctor Gonzalez visitan el Liceo y a las estudiantes del Taller Literario

Como parte del proyecto "Comarca de ausencias", el poeta Elicura Chihuailaf y el fotógrafo Héctor González, de Cunco, que también asistieron a la tertulia literaria dedicada a Selva Saavedra, visitan nuevamente el establecimiento para presentar su trabajo.

Además, Héctor González compartirá con nosotros las fotografías que realizó durante sus visitas.




Haz clic aquí para ver más fotografías.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Poemas de Selva Saavedra

Mapuche

El canelo florido
es como el alma mapuche.
El notro,
su espada de fuego,
sangre derramada.
Generoso como el blanco
de tus ulmos,
trabajas como abeja- obrera
sin salario.
Áspero como boldo,
animador de la gesta
de tu pueblo,
que siempre te acompañen
las flores gloriosas del copihue.
Por ti- más que nadie-
pese a pacificaciones,
discriminaciones
y reducciones
palpita el corazón de La Frontera.


Brindis amargo

Hay que escanciar el vino de la angustia
exprimido de vides de distancia
hay que aspirar hasta la rosa mustia
la sutil agonía de fragancias.
Algo muere en nosotros si besamos,
algo besa en nosotros si morimos
con quedarnos en algo, ya nos vamos
y de algo, sin querer, nos despedimos.
Así pasa la vida, mano alzada
que nos saluda desde el contrafuerte
de ignorados destinos; llamarada
que nos abre el camino hacia la muerte.





En la rosa

Yo vi desdoblarse tu estatura
sobre una frágil rosa desmayada.
En leve aurora de color y aromo,
con tu sonrisa triste acariciaste
la palidez en que ella agonizaba.
En ese instante iluminó una estrella
la sutil armonía de mis sueños
y sentí que en la rosa me besabas.






No estás

No estás, cierto, no estas
pero yo aquí te siento.
Más que una sombra,
más que un recuerdo,
tu presente sutil
llena esta alcoba.
A veces suelen preguntar mis hijos
“madre, ¿por qué sonríes?,
¿por qué lloras?”.
Y yo callo…
es tan íntimo el coloquio
entre tú y yo, con lágrimas y besos,
que nadie debe sorprenderlo.
A solas, me miras y te miro
beso tus manos pálidas
beso tu rostro amado
y llego a convencerme
que es mentira tu ausencia,
que sigues a mi lado.

“Ñielol”

Tierra herida
me hablan mucho del progreso.
En su nombre tumban araucarias,
árbol sagrado, pehuén,
pino de la vida,
insignia de mi pueblo andino.
Raulíes ya son hoy
voces extinguidas
en nuestro cementerio forestal.
Selva austral no quiero
velarte como a un amado
diccionario de palabras muertas.
¡Resiste Ñielol¡
En tu generosa falda verde
suavemente poso mis ojos,
cada mañana.
Eres nuestra dignidad,
Ñielol,
aún salvado de la motosierra.

“Ruego”

Raíz oscura,
nudo de hiel,
no amarres mis rencores.
Extraño,
inalcanzable Dios
que busco y no encuentro,
revélate,
permíteme que interrogue
tu presencia
y hazme capaz de perdonar,
sin condiciones.





“Raíz y sueño”

De rodillas en la tierra
que te cubre,
sé que desde su entraña
sube hasta mí
tu savia clara.
Quiero ser parte, otra vez,
de tu raíz,
de tu sueño y mi sueño
que no aventó la distancia.
Sé pronto, mi bálsamo…





“Éxtasis”


“Mira, mi amor, qué clara está la noche
clara como perfil de nuestros sueños…
Oye, mi amor, las voces del silencio,
y no me digas nada…”
Y yo miré y oí
y mi alma junto a ti,
calló extasiada.





“Callar, llorar”

Hay que callar.
La frase inútil
cae como guijarro.
Hay que callar, callar.
El destino no niega
el consuelo divino de llorar.
Tengo que ocultar
este secreto anhelo
y dar mi queja al viento.
Qué alma puede entender
Este dolor amor.




“Gaviota”

En la tarde serena
parecía una rosa deshojada
sobre el oro huidizo de la plaza.
Algo tronchó sus alas,
algo rompió su vuelo.
Novia eterna del mar,
de una estrella lejana,
te mecías en la espuma
rizada de las olas
o alzada hasta el cielo,
ebria de una quimera.
Ahora el mar, el cielo
y la lejana estrella
entonan misereres
de luz, de voces quedas
para la novia eterna.


“Crepúsculo azul”



Un crepúsculo azul filtran mis ojos
cuando escancio de tus vino rojos.
En tu cabello negro hundo mis manos
si mi piel mide tus excesos
y yo te estrujo el alma con mis besos.



“Víctor Jara”

Sé que te acribillaron a balazos
pero están tus canciones libertarias
celestes alboradas sin ocasos;
amapolas de fuego, pasionarias
que abren acusadoras sus corolas
para que el Universo lea en ellas
una lección de fe. No estás a solas
engastado tu ritmo en las estrellas,
pulsas una guitarra de infinitos
que corea la voz de tus hermanos;
tierno clamor hoy transformado en grito
de protesta viril. No han sido vanos
los altos ideales que sembraste
en nuestra Patria. Y fue tu sangre ardiente
el postrer holocausto que entregaste
mientras lo eterno te cinó la frente.


“Rosa de otoño”


Palidez de aroma y se deshojan en esta hora de ausencias y del olvido.
Mujeres de amor o muere de fragancia,
Rosa gentil? En tu agonía escancia
Mi alma, el recuerdo de un amor perdido
En esta hora de ausencias y de olvido.
Mientras cae la tarde,
Entre tus sombras,
Voces de seda en mi jardín te nombran.







“Alguien llama”


Alguien mira de lejos
Yo lo observo
Con las pupilas torvas del despego
Definitivo
Alguien llama de lejos
Yo respondo
Con la voz sin palabras
De mis huesos.







“Mis arenas”


Si vas al mar no llores.
Tu sal y la mía
No podrán macerar
tanta distancia.
Qué estatura infinita
este dolor me ha dado.
Si yo alcanzo mi frente
a los labios de Dios,
en la amarga marea
dejaré mis arenas,
mis soledades,
la fibra que tocaste.

martes, 9 de noviembre de 2010

CALLADAMENTE


Amor que callado viene
calladamente se irá.

Quité a mi corazón la alfombra
para oírte en el silencio.

No cantes tus alegrías
ni llores tus desconsuelos.

Cállate si bien te quieren
y si te desdeñan, calla,
pues hay palabras con raíces
que se prenden, que se engarfan.

Empapa todas sus voces
en la esponja del silencio:
amor que callado llega,
calladamentese fue...


Selva Saavedra


Ilustración: Toma mi corazón - Paola Henríquez

SELVA SAAVEDRA

La señora Selva nació en los albores de este siglo, y desde que recibiese si título de Profesora Normalista en 1920, ha desarrollado múltiples actividades en el ámbito educacional. Así ejerció en su ciudad natal Pitrufquén y otras como Chillán, Talca, Concepción y Temuco por citar algunos. Directora de la Escuela Técnica Superior Femenina en Santiago desarrolló durante muchos años una fecunda labor docente, y junto a su amor por esta actividad surge en ella desde muy joven su pasión por expresarse en el difícil arte de las letras.

En concursos literarios de Chillán, concepción, Malleco y Cautín sus trabajos obtuvieron los principales premios. En este campo del arte conoció a Gabriela Mistral, fue amiga de Víctor Domingo Silva y de Pablo Neruda, de quienes conserva cartas, libros, dedicatorias, versos y tantos recuerdos.
Mujer inquieta: Ha sido presidenta de la Cruz Roja y grupo Chopin de Temuco, miembro del Comité Cultural chileno- argentino.

Hija de la Araucanía, hija ilustre de Temuco, distinción otorgada en reconocimiento a su fructífera, destacada y dilatada labor cultural. Pero la Sra. Selva es sobre todo nuestra gran poetisa: versos y más versos, poemas y más poemas; mujer de su pluma creadora.

Al fin en 1984 algunos de sus trabajos se publica su libro llamado “Versos de amor y de dolor” pronto se agotó… En el prólogo, nuestro recordado Tulio Mora señala: “Selva Saavedra es una voz nuestra, notable. Un verso reposado de vital experiencia. Una flor nacida y renacida sub infinitas veces en la llama creativa. ¡Salve¡ Selva poeta, hija de esta tierra noble y creadora, nuestra tierra.

Departamento de Lenguaje y Comunicación, Liceo GM.