lunes, 14 de septiembre de 2009

Ambición




Borrasca de viento la mañana fría, traía el otoño en un comienzo, yo pensé en el frío que atormenta los vacilantes cuerpos de los viejos. Pero esa mañana no era mía, era sólo el presagio de un invierno que vendría.

Y pasó el otoño en suave brisa, llevándose las hojas del cerezo, y arrancó la hierba la sequía.

Las vertientes que en la tierra se escondían, las secaron las raíces de los pinos y eucaliptus traídos desde lejos.

¿Dónde están los bosques de mi tierra, el laurel, el boldo, el ulmo que las abejas perseguían?

¿Dónde quedó la selva de mi tierra hoy en mezquinos pinares y eucaliptus convertida?

¡Más pudo la ambición que la cordura,
cómo gimen las torcaces por sus lingues,
cómo añoran las perdices la espesura...!

Hoy vagan en inhóspitos lugares, y en las noches de luna cuando la escarcha arrecia los he visto pasar, hambrientos sus cachorros caminando tras sus pasos, buscando algún refugio que quizás no han de hallar.

Los últimos laureles hoy yacen mutilados como un desecho humano que a nadie le interesa.

Si tu noble madera pudiera echar raíces y alzarse sobre la madre tierra... ¡Pero nadie te entiende!

Las hermosas copihueras que un día las reinas fueron del tupido matorral hoy visten su amargo llanto en el horrible quebranto de ver cerca su final, y aquellas que ostentaban blancos pañuelos al viento se fueron con paso lento, al bosque no volverán, porque ese bosque nativo que ayer lucía orgulloso lo ha arrasado la ambición, y en su lugar sólo existen los pinares y eucaliptus traídos desde otras tierras, hoy trabajo de motosierras, y mañana ya no habrá.

Mas el viento bendito va sembrando semillas donde la ambición humana no ha podido alcanzar:

Señor: yo te suplico por este suelo patrio,
por esta tierra indómita que un día nos legaste.
Por mis hermanos robles y toda la natura de este bello jardín,
que en dulces versos canta nuestro himno nacional.


Vicky Sáez, 1ºA Septiembre de 2009.


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