Con un poema aéreo rescatamos hoy la presencia intangible de una profesora que no deja de ser recordada.

DISTANCIA
Fríos vientos
detuvieron su vuelo.
Cuatro alas
acariciaron mi rostro.
Cuatro velos.
Como cuatro cuchillos
abrieron la tierra.
Se abrió también el cielo.
Las garzas de invierno
alzaron sus cuatro velos.
La distancia es sólo
un último vuelo.
Eugenia Caamaño
(Invierno 1990)
No hay comentarios:
Publicar un comentario