miércoles, 23 de junio de 2010
Marrichiwew
Gran tierra de dioses,
donde el indígena,
cuchillo en mano,
refugió en el alma
toda aquella sangre derramada.
En aquel momento
amigos, toki,
era el agua, los árboles,
y el sentir
cómo el aire le susurraba en el oído.
Pero de un momento a otro
el aire no susurró más,
al parecer su voz se quedó atónita
y el agua clamaba en silencio profundo,
y los árboles no daban palabra alguna.
Sólo estaba el hombre
con su cuchillo en mano
defendiendo su territorio
su cultura
su enlace con la natura que lo rodeaba.
Nicol Calfunao.
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